26 mar 2014

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN

Hablar de comunicación y de diálogo, es hablar de la vida misma, de la persona 
humana en su dimensión profunda y existencial. Sin embargo, ¡Cómo es difícil 
comunicarnos! ¡Cómo nos cuesta encontrar con quien dialogar!. 
Todos, por muy distintos que seamos, queremos ser escuchados, comprendidos, 
tenidos en cuenta, amados por alguien. La vida es comunicación, diálogo, pero no 
sabemos hacerlo, tenemos que aprender y aprendemos basándose en la práctica, en 
intentos, cometiendo errores, corriendo riesgos..., y este aprendizaje es de toda la vida. 
Los padres que se comunican eficazmente con los niños les promueven 
autoconfianza y aprendizaje a largo plazo al igual que relaciones interpersonales sanas. 
Todo niño desde sus primeros días de vida requiere comunicarse y lo hace a través 
de los medios que tiene a su alcance: llora, grita, patalea, etc.; por ello la comunicación 
que los padres desarrollan en la interrelación con el hijo desde la infancia es de gran 
significado. En ella se siembran las bases de una experiencia que durará, toda la vida, y 
que desarrolla en los hijos, los sentimientos de seguridad, confianza, amor propio que le 
permitan cuando crezcan enfrentarse a la vida. 
En la medida en que las personas transcurren las diferentes etapas de la vida, la 
comunicación se hace cada vez más indispensable y necesaria en la relación diaria, tanto 
en el nivel individual como en el grupal o colectivo; pero es aún más significativa e 
indispensable la comunicación que se desarrolla al interior del ambiente familiar, y 
principalmente entre padres e hijos. De la experiencia de esta relación, los hijos 
desarrollarán la capacidad para establecer un vínculo afectivo consigo mismo y con las 
demás personas, que le permitirán amar y ser amado, desarrollar la capacidad cognoscitiva para aprender, generar iniciativa, creatividad y poder relacionarse con los 
demás integrantes de una familia, escuela y comunidad en general. 
La comunicación entre padres e hijos debe efectuarse esencialmente a través de la 
palabra. El intercambio verbal es privilegio del ser humano. Educar es crear un diálogo. 
Cuando los padres demuestran a través de sus palabras, sus sentimientos de 
aceptación hacia el hijo (a), poseen una fuerte herramienta para influir en la opinión que el 
hijo tiene de sí mismo y lo ayudan a auto valorarse. En esta forma facilitan su desarrollo, 
le permiten adquirir independencia y auto dirección. 
Existen también formas no verbales para comunicarse, como por ejemplo, el no 
hacer nada en una situación en la cual el hijo está dedicado; o el no decir nada, puede 
comunicar aceptación. El silencio es un mensaje no verbal que puede utilizarse 
eficazmente para hacer que una persona se sienta realmente aceptada. 
A través del diálogo podemos: 
• Clarificar mejor nuestros propios deseos e intereses 
• Expresar verbalmente de manera clara, abierta y directa nuestros 
sentimientos y expectativas. 
• Indagar los sentimientos y expectativas del otro 
• Establecer acuerdos comunes de manera verbal 
• Respetar, actuando de acuerdo con los sentimientos y expectativas 
de uno mismo pero teniendo en cuenta los sentimientos y expectativas del otro. 
• Anticiparse a las situaciones 
• Hablar y acordar antes de actuar. 
Para trabajar las formas de comunicación que se existen en las familias, utilizamos 
el cuestionario “¿Cuánto conozco y me comunico con mi familia?” de la siguiente forma: 
• Se divide a los participantes en grupos de 4-5 personas 
• Se entrega a cada grupo dos-tres preguntas del cuestionario "Cuánto 
conozco y me comunico con mi familia", para ser leídas y analizadas. 
• Cada grupo expone las respuestas dadas. 
• Se confronta con los demás participantes estas respuestas. 
• Se refuerza ampliando con la teoría, aclarando dudas y conductas 
inadecuadas expresadas. 
• Se establecen compromisos de cambio en la comunicación diaria por 
parte de cada uno de los participantes. 
Cuestionario " ¿Cuánto conozco y me comunico con mi familia?" 
• 1. ¿De qué habla usted más frecuentemente con aquellas personas 
que se relaciona en su vida diaria? 
• 2. ¿Con quién (es) habla usted más frecuentemente? 
• 3. ¿Cuándo y de qué manera establece comunicación con sus hijos? 
• 4. ¿Cuándo y por qué razón establece comunicación con su pareja? 
• 5. ¿Cómo le expresa a su hijo la alegría o satisfacción que le 
producen sus logros y buenas acciones? 
• 6. ¿Cómo despide o le da la bienvenida a sus hijos? 
• 7. ¿Cómo despide o le da la bienvenida a su pareja? 
• 8. ¿Qué manifestación de afecto ha dado hoy? 
• 9. ¿Qué manifestación de afecto ha recibo hoy? 
• 10. ¿Escucha a sus seres queridos con frecuencia? 
• 11. ¿Cuánto tiempo dedica diariamente para atender, escuchar, 
acariciar a sus hijos y/o pareja? 
• 12. ¿Qué elogios da más frecuentemente y a que personas? 
• 13. ¿Qué elogios recibe más frecuentemente y de que personas? 
• 14. ¿Qué acciones considera se deben cultivar en el hogar para 
promover y mantener una buena comunicación? 
• 15. ¿Considera que establece una continua y buena comunicación 
con los integrantes de su familia? 
• 16. ¿Qué sabor le pone a la comunicación que existe en su familia? 
Por qué? 
• 17. ¿Cómo demuestra su enojo y disgusto ante sus seres queridos? 
• 18. ¿Qué persona de su familia se comunica mejor? 
• 19. ¿Qué persona de su familia sabe escuchar? 
• 20. ¿Qué le hace falta a la comunicación que usted establece en su 
familia? 

CÓMO SE PUEDE COMUNICAR EL AFECTO

1. Como modelo: cada uno debe demostrar a su hijo que mira por su propio yo. 
Esto quiere decir que sólo podemos dar a los demás si tenemos algo que dar. El 
sentimiento de “doy porque quiero” es mucho más auténtico que el de “doy porque debo”. 
Lo que da felicidad a la mayoría de las personas son las relaciones amistosas de 
cooperación, el dar libremente y ver a los demás felices. Cuando la gente aprende a 
cuidar de sí misma, los beneficios se extienden a las demás personas que inciden en sus 
vidas. Actuando así tomamos conciencia de que nuestro papel en el grupo es un factor de 
equilibrio y de adaptación social. 

2. Fomentar el desarrollo de la capacidad decisoria. Algunas cosas de las que 
hacemos con idea de ayudar a nuestros hijos en realidad bloquean o limitan esta 
capacidad. Sería conveniente que cambiáramos algunos hábitos para lograr el desarrollo 
de la capacidad decisoria de nuestros hijos. 

3. Tenemos que tener en cuenta que los padres deben pasar de ser 
eminentemente protectores cuando sus hijos son pequeños a tratar con iguales cuando 
sus hijos son mayores, evitando relaciones de dependencia mutua. 
Los padres deben ser capaces de imponer límites y disciplina a la vez que 
intercambian afecto con sus hijos. Y los hijos deben pasar de una situación en la que 
necesitan protección y cuidado de sus padres a otra en la que deben poder desenvolverse 
solos, ser autónomos y saber ponerse sus propios límites. Es importante que sepamos ir 
dando a nuestros hijos la responsabilidad de su propia vida. De forma gradual y 
progresiva. Para que esto evolucione de forma positiva es importante enseñarles a 
desarrollar la voluntad, la motivación para hacer cosas anticipando las consecuencias que 
se deriven de ellas. Educar la voluntad quiere decir negarse a la satisfacción inmediata y 
esforzarse por conseguir algo no tan inmediato, no desanimándose ante las dificultades. 
En este sentido creo que es muy importante el desarrollo de una mayor tolerancia ante las 
frustraciones.